Nico Narodowsky*El vacunagate es inmoral y la expresión agravada del gobierno y su procedimiento típico que es la simulación, el enmascaramiento de sus propósitos, con la idea en este caso de identificarse con las víctimas y no con los verdugos.
Poder delegar en Ginés o en alguien sin comprometer a las máximas autoridades del país en la responsabilidad por lo que ocurre es una tentativa de seguir manteniendo ese modelo de simulación donde la única verdad que importa es la del poder y la reducción del derecho a los poderosos. Ya es una anécdota que los very important person(VIP) sean 70 o 3.000, importa el mecanismo reiterado de un gobierno habituado a trampear a la gente.
Sin quitarle al ex ministro Ginés su responsabilidad, limitarla a él es intentar prescindir de la propia responsabilidad, es decir del valor de las investiduras máximas sin las cuales la república vuelve a caer en ese espacio prostibulario en la que la ubica la demagogia.
El presidente de la república es el máximo responsable de lo ocurrido. No se trata de separar a un funcionario, se trata de entender que política sanitaria siguió el gobierno en un país donde hay 2 millones de contagiados, 51.000 muertos y aún no tiene una política sanitaria operativa.
¿Cómo exceptuar al presidente de la nación de esta responsabilidad? La única respuesta posible es decir quien ejerce la máxima magistratura de la nación no procede como el responsable fundamental del poder político en la Argentina.
El procedimiento del gobierno será mantener el relato de que se ha sido víctima de un engaño al igual que la nación que ha sido víctima de una estafa.
No esperemos de un gobierno y de una agrupación política que ha hecho de la tergiversación de la realidad el instrumento de afianzamiento en el poder, ningún procedimiento crítico que privilegie la verdad. Fundamentalmente se va a pribvilegiar el poder como antítesis de la verdad. *Columnista de Política Necochea
Muy buen artículo