Por Miguel Correa*Durante años, la mayoría de los necochenses observamos como mansos corderos cómo el país y el distrito se van degradando en materia política, jurídica, educativa y social. Algunos períodos intermitentes de bonanza económica, que generalmente terminan en crisis, adormecen a los ciudadanos mientras una ola invisible de anomia se apodera de la voluntad. Ahora bien, observando algunos comportamientos esparcidos en el carácter social de la ciudadanía, nos cabe preguntar si la población de necochenses está compuesta verdaderamente por mansos corderos o la responsabilidad de lo que nos pasa también recae sobre los “pobrecitos inocentes” que miran en silencio. Hagamos un pequeño ejercicio poniendo la mira en unos pocos ejemplos que pueden llegar a responder en parte esa pregunta. Observando la realidad y olvidando por un minuto el o los relatos, parece que una parte importante de la ciudadanía preferiría no manifestar su impotencia ante la inseguridad. Vivir dentro del “vale todo” porque eso nos incluye a nosotros también. Que se robe, pero que se haga. Tener “viveza criolla” aunque en otros lugares generalmente esas “vivezas” sean delito. Seguir confundiendo orden con represión. Muchos de estos comentarios, y otros similares, hoy parecen formar parte de la cultura promedio y de los problemas de los necochenses. La incógnita es ¿cuál puede ser una razón de que eso sea así?. Somos cómodos, si hay un reclamo convocado en la plaza Rocha generalmente no son más de 150/200 los movilizados. Sea por el tema que sea no mueve el amperímetro, eso sí, por las redes sociales todos nos quejamos. Quizás las respuestas haya que buscarlas en la decadencia de la educación ciudadana y en falta de consensos colectivos, tal vez productos de un sistema democrático de baja densidad donde los gobernantes son elegidos a dedo en listas que muy pocos conocen y que se ha convertido en un sistema político cooperativista que se autogestiona alejado de los intereses de la sociedad. De todos modos, la permisibilidad es responsabilidad de todos, incluso de los mansos corderos. Tendremos que encontrar alguna forma pacífica de reaccionar y cambiar los paradigmas antes de que no haya remedio.*Editor de Política Necochea

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