El libertario jugó con las «mentiras de la campaña del miedo» que implementó el oficialismo en redes sociales y medios de comunicación, pero fue muy tibio a la hora de explicar sus propuestas económicas y las relaciones internacionales. Massa fue estratégico y acorraló en cada eje temático el al líder de la derecha.

En la noche de este domingo 12 de noviembre, Sergio Massa y Javier Milei se enfrentaron en el tercer debate presidencial organizado por la Cámara Nacional Electoral, de cara al balotaje del próximo domingo.

El candidato de La Libertad Avanza explicó que su estrategia en el Debate Presidencial fue desmontar “cada una de las cosas” dichas por Sergio Massa. Según el libertario, los argumentos de su rival en el balotaje, fuera «mentiras de la campaña del miedo». 

“En el primer bloque pareció como una jugada ingenua de nuestra parte, pero nosotros dimos respuesta a cada una de las mentiras. «Nuestro objetivo era evitar todas las agresiones y dar respuesta”, aclaró Milei. 

Pero la sensación para el oyente fue que Sergio Massa resultó el ganador indiscutido. «Uno habló como Presidente y el otro como mero panelista televisivo, encima inconexo y dubitativo hasta el punto de quedarse sin palabras nada menos que en la discusión sobre Seguridad», señaló Ámbito.

El primer bloque temático de tres tipos de abordaje fue decisivo, y fundamentalmente en el área de Economía. Massa arrinconó a Javier Milei con el ya meme “por sí o por no”, y lo llevó a que gastara todo su tiempo a la defensiva. A partir de ahí, sólo era asunto de que Massa conservara esa ventaja inicial, enorme, pero la distancia se acentuó.

Sorprende, en alguna medida y aunque podía preverse que pasara lo que pasó porque la diferencia en capacidad de oratoria es grandísima, la falta de preparación absoluta de Milei en aspectos elementales. Ni siquiera supo responder sobre tópicos elementales de relaciones externas, funcionamiento administrativo del Estado, diferencias entre Fuerzas Armadas y de Seguridad, y así de corrido. Fue tal la primacía que, incluso, no se reparó en que Salud (que compartía bloque con Educación) no tuvo una sola mención.

Después, y además, en el campo de lo propositivo se replicó la ventaja abismal a favor de Massa, quien mirando fijo a cámara usó su tiempo para detallar medidas concretas. Milei no pudo expresar absolutamente ninguna idea. También asombra, en este sentido, que el falso libertario no se haya preparado con algún desarrollo aunque fuere recitado de memoria. Repitamos, por fuera de consideraciones ideológicas: a un lado, un profesional del poder; al otro, un amateur que ni apenas mostró garra.

Sobre el final del debate, los candidatos respondieron a la pregunta «¿Por qué quiere ser Presidente?». Massa comenzó su intervención con la razón de su aspiración: «Quiero ser presidente porque mis abuelos y mis padres llegaron acá escapando de una guerra. Y este país les dio todo. Me enseñaron a amarlo y, sobre todas las cosas, a valorarlo».

Luego añadió: «Quiero ser presidente para que todas esas mujeres y esos ancianos, que a menudo sienten que el Estado los abandona o que no son parte de la sociedad, se sientan integrados». Además, durante su cierre, se refirió al sector productivo de la Patagonia y del norte argentino, expresando: «Quiero ser presidente para que el norte argentino recupere esas asimetrías que tantas veces lo hacen sentir alejado de la realidad argentina. Y quiero ser presidente para que toda la riqueza de la Patagonia se transforme en riqueza que le vendemos al mundo». Finalmente, cerró diciendo que quiere ser presidente «para superar esta crisis que nos ha tocado vivir, y que viene el momento del crecimiento».

En contraste, la respuesta de Milei fue diferente. En lugar de responder directamente a la pregunta, se dirigió al público en otros términos: «Argentinos, nos encontramos frente a la elección más importante de los últimos 100 años y muy especialmente de estos 40 años de la nueva democracia que tenemos», aseguró.

«Es el momento de preguntarnos si queremos seguir transitando este sendero decadente» y de «elegir entre el populismo que nos hunde o la república». «Lo que sí te pido es que cuando vayas a votar lo hagas sin miedo, porque el miedo paraliza y, si te paralizas, beneficias al status quo que nos empobrece». Finalmente, proporcionó una serie de cifras de los países que aplican «el modelo de la libertad». «Son ocho veces más ricos que los reprimidos, hay 25 veces menos de pobreza estándar, 50 veces menos en formato extremo; los pobres están muchísimo mejor que el 90% de los países reprimidos, la gente vive un 20% más», repasó Milei y cerró: «Existe una Argentina mejor, pero solo es posible si esa Argentina es liberal».

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