Se presentó el Registro de la violencia genocida en la Provincia (REVIGE) y se generó un espacio de intercambio con el público en el que se compartieron algunas observaciones y se compartió el desafío de aunar esfuerzos para recuperar la información producida en los territorios sobre las víctimas y prácticas represivas.

Durante el fin de semana pasado, el Archivo Municipal de la Memoria estuvo presente en las Jornadas «Las Memorias Locales en la Disputa por la Democracia» que organizó la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) y en la que se presentó el Registro de la violencia genocida en la Provincia (REVIGE).

Con la presencia de más de 140 educadores, activistas de derechos humanos y funcionarios judiciales, en el lanzamiento se pudo conocer que esta herramienta abierta se conformará de información extraída de diversas fuentes: los registros de la CONADEP, los expedientes judiciales de juicios de lesa humanidad y juicios por la verdad, los distintos fondos de las fuerzas represivas que gestiona la CPM, la documentación e información relevada en investigaciones locales, entre otros.

«La presentación de este registro, y en este momento, es muy importante porque da herramientas confiables, con datos consolidados, para discutir en la esfera pública con esos sectores, vinculados a la derecha, que buscan deslegitimar los avances en los procesos de verdad y justicia por delitos de lesa humanidad. Sistematizar y poner esa información para el acceso público es un gran aporte para contrarrestar esos discursos de impunidad”, destaco Ludmila Da Silva Catela, durante su exposición.

“Se trata de un registro nominal de hechos represivos que nos permite ver la dimensión de las prácticas genocidas y el despliegue de la violencia en los territorios. Hay mucha información que está producida y validada, más allá de la verdad jurídica, que consolidan datos y construyen verdad”, señaló la directora general de la CPM Sandra Raggio.

El documento releva los hechos represivos que sucedieron en la provincia de Buenos Aires desde 1974, con el decreto de Estado de sitio, hasta 1983. «Cuando empezamos el RNCT teníamos claro la necesidad de registrar no sólo la víctima sino también el alcance de las violencias que padecen. Si registramos sólo la víctima no estaríamos sabiendo qué está pasando en las cárceles, porque el padecimiento de las víctimas está marcado por la cantidad y combinación de los hechos de tortura», explicó el director del programa de Producción y Análisis de la información, Ariel Lede.

Después de la presentación, se generó un espacio de intercambio con el público que asistió al acto. En ese diálogo, se compartieron algunas observaciones sobre los límites de la fuente judicial con respecto a otras archivos documentales, las implicancias para su registro que tiene la definición de genocidio y los marcos temporales que se utilicen, y también se compartió el desafío de aunar esfuerzos para recuperar esa información producida en los territorios sobre las víctimas y prácticas represivas.

«Es un motivo de celebración este registro porque abrirá la posibilidad de escucha en una escala local que nunca se hizo y permitirá, a partir de la escucha de la Comisión, la emergencia de memorias subterráneas, aquellas memorias que no fueron consideradas por las sentencias o las políticas de memoria institucionalizada. En ese sentido, estoy segura que este registro no sólo es preparatorio sino que dará mayor densidad a los procesos sociales y fortalecerá las memorias locales», cerró Ludmila Da Silva Catela.

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