Siempre hay un roto para un descosido, un dicho popular que es casi una verdad científica. Martín Migueles, el candidato de Patricia Bullrich en Necochea encontró un socio a su medida en Gonzalo Diez. 

Comparten una historia de verdades a medias y un pasado político que el paso del tiempo no logró traer  el perdón y olvido de los vecinos de Necochea. Gonzalo Diez, eterno candidato radical, ganó en la última década todas las internas partidarias de la mano de la ortodoxia radical. Nunca se justificó ni se puso colorado por vivir del Estado sin trabajar (léase ñoqui) mientras levanta el dedo acusador de la honestidad y las buenas prácticas políticas. 

De Martín Migueles los necochenses tenemos muy presente que durante su gestión al frente de la Usina Popular Cooperativa se pagó la cuota capital y por ende la energía eléctrica más cara de la historia, financiando proyectos trasnochados que provocaron pérdidas millonarias a la institución que prácticamente la llevaron al borde de la quiebra.

Sin embargo la dupla, ahora reforzada con la incorporación de la lista de Damián Unibaso tras las PASO, emprendió una cruzada cuerpo a cuerpo contra Arturo Rojas con el objetivo puesto en esmerilar su gestión. 

Más casta que nunca

Tiempos desesperados requieren medidas desesperadas. Ante la falta de propuestas fuertes y creíbles la alianza Migueles- UCR optó por abrir la grieta tirando sal a la herida que separa las pasiones políticas de los argentinos: kirchnerismo-antikirchnerismo.  El mismo radicalismo que en algún momento entonó a modo de himno aquello de que «en el campo del pueblo hay gente de tu partido pero del otro también» hoy usufructúa y fomenta odios en beneficio electoral.

«La Gestión de Rojas esta plagada de Kichneristas. Se esconden detrás de una «Agrupación Vecinal» sólo para tener más cargos», afirmó Rodrigo Yrigoyen, el radical que encabeza la lista de Migueles.

Extraña reflexión cuando su candidato a intendente fue aliado incondicional de Roberto Porcaro y su claque en el momento en que el kirchnerismo era una fuerza de peso en nuestra ciudad. Cual crio berrinchudo, Migueles no dudó en sentarse a la mesa del kirchnerismo cuando su entonces jefe político Gerónimo Venegas le pegó un puntapié en el traste y lo dejó afuera de la lista.

La UCR en pie de guerra

Luego de un impase que duró lo justo y necesario para dar una imagen de amor y paz, los radicales mostraron la hilacha y el Emiliano Abásolo se transformó en un coto de caza de brujas que hace empalidecer al pueblo de Salem. 

Los números que arrojó el resultado de la PASO fue lapidario para los boina blanca. Desde los sectores referenciados en Alberto Esnaola y Gonzalo Diez piden la cabeza de Carola Bertoldi y Damián Unibaso por considerarlos responsables del fracaso electoral del radicalismo que llegó a la elección primaria dividido en tres sectores irreconciliables. 

Damián Unibaso aprovechó la puerta que abrieron Carola Bertoldi y Mateo Ruppel para primerear a Walter Bravo que optó por no presentarse a la asamblea ampliada que finalmente consagró como precandidato radical al abogado. 

En ese mismo acuerdo se firmó carta blanca para Gonzalo Diez con el compromiso de no pasarlo por las armas del tribunal de disciplina al presentarse por afuera y enfrentar al partido en una elección. 

Lejos de la autocrítica, los socios de Migueles, buscan una cabeza para ensartar en la picota del fracaso para exculpar al resto y seguir con el orden establecido por la dirigencia radical que apunta a un partido envejecido y cada vez más chico para uso personal de unos pocos.

Fuente: https://www.ene24.com/

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *