Un reconocido medio local mostró archivos donde queda demostrado que la precandidata a intendenta de Juntos por el Cambio combra un sueldo cercano a los 600 mil pesos de la Cámara de Senadores de la Provincia.

Un informe del medio Necochea Digital exhibió pruebas documentales que confirman que la precandidata a intendenta de Juntos por el Cambio, María Eugenia Vallota, cobra un sueldo cercano a los 600 mil pesos por parte de la Honorable Cámara de Senadores de la Provincia, dudando de las tareas por las que se le asigna esa retribución, sobre todo teniendo en cuenta que la abogada está abocada completamente a su campaña en Necochea.

La nota publicada en el portal dice lo siguiente: «‘El esfuerzo lo tiene que hacer la política’, con esa frase la ocasional precandidata a intendenta de Juntos por el Cambio, María Eugenia Vallota, viene proponiendo soluciones mágicas para el municipio de Necochea desde 2021, cuando quiso ser reelecta en una banca del Concejo Deliberante que le había caído del cielo cuatro años antes.

Lo curioso de este slogan, que se asemeja más al de Javier Milei que al que pregona su líder nacional, Patricia Bullrich, es que la abogada viene viviendo del Estado, por lo menos, desde hace años como funcionaria y después como concejal. Peor aún, no se le conoce trabajo en la profesión de abogacía, no tiene un solo juicio o cliente representado.

Hasta ahí era todo normal. Malo, pero normal. Gracioso, si se quiere, por su actual discurso, pero normal. Después, los vaivenes de la política hicieron que la letrada fuera nadando para donde la llevara la corriente hasta que se encontró con una silla en el órgano legislativo local. Y acá empieza lo peor de su historial.

Vallota usó sus años en el Concejo Deliberante para fortalecer su liderazgo en el PRO local, un liderazgo que de poco le sirvió ante la casi desaparición del partido. Desde 2017 y hasta diciembre de 2021 vivió de arriba. Y del Estado, claro. Eso que tanto detesta de los demás.

En su periodo como legisladora se la vio perdida, con posturas errantes y casi nulos proyectos. De hecho, terminó acompañando al oficialismo en su aventura pandémica. Cuando se dio cuenta que se le terminaba su mandato, entonces no hizo más que lo que sigue criticando, quiso seguir viviendo del Estado y se presentó en una elección en la que perdió bochornosamente contra un radicalismo fragmentado.

Errante y corta de propuestas, en aquella época alzó esta misma bandera: la del recorte político. Ahora, encima, quiere destinar el dinero de la reducción de la planta de funcionarios (que nunca explicó cómo se reordenaría) para financiar carreras de enduro y motocross, como si esa fuera la solución mágica para alguno de los problemas estructurales del distrito.

El punto culmine de esta contradictoria dicotomía que es la carrera política de la referente del PRO, es su actual campaña para las PASO, donde sigue renegando de algo que ella misma alimenta.

Según pruebas documentales a las que accedió el diario Necochea Digital, la precandidata es una “ñoqui” de la Honorable Cámara de Senadores de la Provincia desde el pasado abril, justo cuando empezó su proselitista recorrida por territorio bonaerense buscando sacarse fotos con cuanto padrino pudiera conseguir.

Lo que debería replantearse Vallota es si ella misma no debería entrar dentro del recorte de la política que tanto anhela. ¿O, acaso, es más necesario un asesor de un equis dentro de un parlamento que una persona que direcciona políticas de Discapacidad, de Deportes, de Obras Públicas o de Salud dentro de un municipio?.

Pareciera que lo que está pidiendo Vallota es: «Que el esfuerzo lo haga la gente», es todo o nada.«

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