Ya la villa balnearia no será lo mismo. Se fue al cielo el querido Caballito, como todo el mundo lo conoció. Oscar Del Negro repartidor de diarios «Equino (como él solía llamarse) nos deja el recuerdo de su tarea diaria, de su buen humor pese al rostro serio y la bondad que lo caracterizaba. Su mente aniñada no fue impedimento para que trabajara a destajo, y que fuese apreciado por todos en la playa y la ciudad. Caballito se fue a llevar la noticia impresa al cielo. Q.E.P.D.

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