En la mañana de este martes, el municipio procedió a la demolición de una vieja edificación abandonada en la arena desde hacía muchos años, cuando terminó la concesión del ex Balneario Amarras, ubicada sobre la línea costera, en Avenida 2 entre 83 y 85, con el objetivo de “empezar a tener visión hacia el mar” y “disfrutar de esta vista maravillosa que tenemos”, según explicó la directora comunal de Concesiones, Verónica Dones.
“Es un día de mucha alegría porque es un proyecto que teníamos desde el inicio de las funciones y se fue dilatando en el tiempo”, afirmó la funcionaria, describiendo que “la construcción abandonada quedó dentro del polígono del concesionario del Atlántico y una parte pública, por eso es que articulamos un trabajo en conjunto para hacer efectiva la demolición”.
Con respecto al futuro de ese sector, tan atractivo para el turismo, la titular de la dependencia de la comuna reveló que “la idea es venir con las nuevas bajadas, con servicios de baños públicos y duchas”, por lo que “se están haciendo algunos diseños para que queden uniformes en toda la costa”, proyectándose su implementación, por ejemplo, en las nuevas licitaciones de Polo Ranch o Zeus.
Destacando el esfuerzo mancomunado entre los sectores público y privado, Jorge Aineseder, concesionario del Balneario Atlántico, indicó que “desde que llegó esta gestión hemos tenido apoyo y da gusto trabajar en conjunto” con el municipio.
Hablando sobre la vieja construcción heredada que, además de obstaculizar la panorámica, presentaba signos de deterioro evidentes, el empresario señaló que “ya habíamos derrumbado una parte y esta que quedó la usábamos como depósito, pero cuando vinieron a plantearme que había que demolerla estuve de acuerdo, porque era necesario”, finalizó.

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