Una mujer muerta fusilada de 5 disparos, y en el interior de un vehículo en el que se encontraron varias dosis de cocaína, se produjo en la mañana del 30 de julio de 2020, en 58 entre 87 y 89. La víctima fue identificada como Alejandra Fiorito, de alrededor de 45 años y con domicilio en nuestra ciudad. Y por estas horas ese homicidio cumple un año y un año de impunidad.
En la causa nunca hubo detenidos y el móvil del asesinato, así como sus responsables, sigue siendo un misterio.
El cadáver fue encontrado a bordo de un Volkswagen Suran por vecino del barrio Capuchinos que, al comprobar que la ocupante estaba sin vida, de inmediato dio aviso a la policía.
Con el correr de las horas se pudo determinar que Alejandra Fiorito recibió cinco disparos de arma de fuego, siendo todos realizados desde la parte posterior del habitáculo. Dos de ellos impactaron en el hombro derecho, efectuados a muy corta distancia y de arriba hacia abajo; mientras que los tres restantes hicieron blanco en la espalda tras perforar el asiento del conductor.
En el interior del auto los peritos hallaron un plomo de proyectil calibre 38 y todo indicaría que los disparos salieron de un revólver de dicho calibre. Entre las pertenencias de Fiorito, los investigadores secuestraron un teléfono celular y un chip y casi treinta dosis de cocaína fraccionada en envoltorios de nylon.
La brutalidad con que fue asesinada Alejandra Fiorito (cinco disparos y una puñalada), así como la cantidad de droga dejada en el vehículo en que se cometió el crimen, se transformó en “un mensaje” de los autores del hecho.
Las investigaciones se encaminaron entonces a concluir en que se trató de un “ajuste de cuentas” entre personas vinculadas con la venta de drogas en Necochea.
Alejandra Fiorito, tenía 45 años y, según los datos recabados por la fiscalía a cargo de Carlos Larrarte, se dedicaba a la comercialización de drogas desde hacía dos años.
Además de vender droga, la mujer prestaba dinero. El mismo jueves 30 en que fue encontrado su cuerpo sin vida, se hizo un allanamiento en su vivienda de la calle 24 entre 55 y 57, donde se halló cocaína en forma de bocha y una balanza electrónica.
“Se aseguraron de matarla”, había comentado pocas horas después del crimen el fiscal Larrarte, que orientó la pesquisa hacia un “ajuste de cuentas”.
Con el paso del tiempo, no hubo más novedades sobre el crimen del que hoy se cumple un año y continúa impune.Hay una máxima que indica que no existe el crimen perfecto, pero en Necochea no aplica pues el de Alejandra no es el único sin esclarecer, hay varios femicidios impunes más.

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