

El riesgo país volvió a dispararse y alcanzó los 1.456 puntos básicos, el nivel más alto desde la asunción de Javier Milei. Con esta cifra, la Argentina quedó con el segundo riesgo más elevado de América Latina, superando a Bolivia y solo por debajo de Venezuela.
El indicador, que mide el Índice de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI) elaborado por JP Morgan, refleja la confianza de los inversores internacionales sobre la capacidad de un país de cumplir con sus compromisos financieros. Cuanto más alto, más costoso resulta para esa nación conseguir financiamiento.
Mientras los bonos del Tesoro de Estados Unidos rinden cerca del 4% anual en dólares, la Argentina debería ofrecer una tasa cercana al 18% anual en dólares para emitir nueva deuda. Los analistas advierten que ese nivel de costo resulta “insostenible” en el mediano plazo.
La última vez que el país accedió a los mercados internacionales fue en 2018, bajo la presidencia de Mauricio Macri y con Luis Caputo como ministro de Finanzas, cuando se emitieron bonos al 7% anual. Dos años después, en 2020, la Argentina reestructuró su pasivo externo y nacieron los actuales Bonares y Globales, que hoy cotizan en el mercado secundario.
Los especialistas señalan varias razones detrás del salto del riesgo país:
-Presión cambiaria sobre la banda de flotación.
-Fragilidad de las reservas internacionales, que suman u$s39.777 millones.
-Incertidumbre política y económica de corto plazo.
-Negociaciones con el FMI, claves para sostener el programa financiero.
En paralelo, los bonos argentinos en dólares retrocedieron hasta valores cercanos a los u$s50, mínimos similares a septiembre de 2020. Esta caída elevó los rendimientos a un promedio del 18% anual en dólares, con picos del 22% en los Globales 2029 y del 21% en los Globales 2030.
Según fondos de inversión, estas paridades ya descuentan la posibilidad de un nuevo default en los próximos años, especialmente en la previa a las elecciones presidenciales de 2027.
Desde el oficialismo buscaron despejar dudas. El ministro de Economía, Luis Caputo, sostuvo en la red social X:
“La Argentina va a honrar todas las deudas, como lo viene haciendo desde que asumió, aún con muchos menos recursos que ahora”.
Por su parte, el vocero presidencial, Manuel Adorni, aseguró:
“El programa económico es consistente, los fundamentos son correctos y el esquema está preparado para que no haya problemas dentro de la banda de flotación”.
Aun así, la intervención del Banco Central para mantener el techo de la banda cambiaria en $1.474,83 por dólar encendió luces de alerta en la city, donde remarcan que la falta de divisas sigue siendo el talón de Aquiles del plan económico.
Un frente abierto
El salto del riesgo país deja expuesto el escepticismo de los mercados internacionales respecto al rumbo económico argentino. Mientras el Gobierno insiste en que el programa fiscal y monetario es sólido, los inversores muestran dudas crecientes sobre la capacidad del país de sostener el ajuste sin profundizar la recesión ni caer en un nuevo incumplimiento de deuda.