

El profesional explicó que las demoras en el pago de las cápitas por parte de PAMI, que atiende a cerca de 5.000 pacientes de la clínica, generan una “incertidumbre total” sobre la continuidad de los servicios. “Ya llevamos 55 días de atraso y en medicina se paga a 60 días. Sumando el tiempo de facturación, hablamos de casi cuatro meses que debemos sostener con recursos propios”, señaló.
Pérez Cortizo advirtió que, de continuar así, podrían quedarse sin medicamentos ni alimentos debido a los “puntos de corte” que establecen los proveedores. “Esto impacta directamente en 45 pacientes que viven en la institución, otros 45 que dependen de la clínica para su tratamiento y casi 25.000 afiliados capitados”, detalló.
El director también cuestionó la falta de comunicación directa entre los prestadores y la oficina central de PAMI a nivel nacional, lo que, dijo, impide tener certezas sobre los pagos. “Estamos anticipando esta situación porque el impacto en la salud pública y social sería muy grande”, remarcó.
Por su parte, Schwartz expresó que desde el Concejo se buscará reunir a todos los sectores políticos y actores comunitarios para encontrar soluciones urgentes a este problema que afecta a un servicio clave en la salud mental local.