El mandatario explicó que la iniciativa incluirá una “regla fiscal estricta” que obligará a presentar cuentas equilibradas o con superávit, y prevé sanciones penales para los responsables de aprobar gastos sin financiamiento claro. “Cada peso nuevo que quieran gastar tiene que tener un nombre y un apellido; tienen que decir de dónde sale y a quién se lo sacan”, enfatizó.

Milei justificó su postura en la necesidad de “amurallar el déficit cero y la política monetaria del Gobierno” y anunció que el lunes firmará una instrucción para prohibir que el Tesoro financie el gasto primario con emisión monetaria.

Durante su discurso, el Presidente defendió su programa económico, que —según dijo— redujo la inflación interanual de 300% a 25% y bajó la indigencia del 20,2% al 7,3%. Acusó al Congreso de impulsar leyes que comprometen el superávit fiscal, como la reinstalación de la moratoria previsional y el aumento de las prestaciones por discapacidad, y afirmó que “no se trata de ayudar a los más vulnerables, sino de una clase política desesperada por recuperar poder”.

En su argumentación económica, Milei insistió en que la inflación “es siempre un fenómeno monetario” y que el tipo de cambio no determina el nivel general de precios si la base monetaria permanece constante. También advirtió que un aumento del gasto solo puede financiarse con más impuestos, deuda o emisión, “todas opciones que perjudican a la economía y a los sectores más vulnerables”.

El anuncio se da en un clima de tensión creciente con el Poder Legislativo y en medio de reclamos por la restitución de pensiones por invalidez dadas de baja por la Agencia Nacional de Discapacidad.