

En un largo encuentro con los más de cuarenta intendentes que se sumaron al Movimiento Derecho al Futuro, Axel Kicillof dejó en claro ayer su deseo de que no haya PASO y que las elecciones se realicen de manera anticipadas a las nacionales, aunque reconoció que no podía desconocer el pedido de unidad que formuló la ex presidenta el miércoles pasado.
Como en cada reunión en la que participa como protagonista, Kicillof abrió el encuentro con un discurso de una hora y media. En esta oportunidad fue tajante en defender la no realización de las primarias, que todos creen que suponían que iban a levantar la semana próxima, y también explicó por qué motivos pretende adelantar las elecciones provinciales de las nacionales.
Sin embargo, también dejó en claro que "hay que trabajar por la unidad del peronismo" y "seguir oponiéndonos a la política de Milei que es el único enemigo". Eso incomodó a varios de los presentes, que no están dispuestos a acompañar un proceso de acuerdo con Cristina y Máximo Kirchner.
La respuesta de La Cámpora no tardó en llegar y Mario Secco, el único que en la reunión había advertido que Cristina y los suyos los "iban a cag…", demostró saber con qué bueyes tiene que arar. Una hora después que los intendentes empezaron a abandonar la residencia del Gobernador, la senadora y mano derecha de la ex presidenta, Teresa García, insistió con el tratamiento de su proyecto para que no solo se suspendieran las PASO sino que las elecciones sean concurrentes, es decir, lo contrario de Kicillof.
"La verdad que muchos coincidimos con Mario, por diferentes motivos. Pero nadie quiso ponerse a discutir demasiado", confió otro que se fue con pesadumbre. Secco, el intendente de Ensenada, dijo con claridad y en soledad que él no estaba dispuesto a confluir en un armado común, ni siquiera con la posibilidad de una interna, con su ex jefa política Cristina Fernández de Kirchner.
La conoce demasiado, y presume, "llevarán la negociación hasta un lugar de no retorno", graficó. Minutos después, todos reconocieron que tenía razón al ver el proyecto de ley por el cual La Cámpora insistía en votar de manera concurrente con las nacionales.
La reacción oficial de Axel Kicillof fue de sorpresa e indignación. No podía creer lo que recibía desde la oficina de Verónica Maggario, la presidenta de la Cámara Alta. Lo tomó casi como una ofensa. Pero no hubo reacción pública aún.
"Salvo Ferra (por Jorge Ferraresi, de Avellaneda), ningún intendente se quiere pelear con Cristina. Ellos dicen que con ella en la boleta se pueden ir de vacaciones y volver el lunes posterior a las elecciones. De otra forma, van a tener que moverse mucho y no saben qué pasará", reconoció alguien que los conoce muy bien. Además de Ferraresi, Fernando Gray ha demostrado, hace tiempo, que no quiere más que lo lleven como ganado.
La expresidenta ratificó el miércoles pasado en una reunión con su propia tropa de intendentes que pretendía ser cabeza de lista en la Provincia de Buenos Aires por los candidatos legislativos de la Tercera Sección electoral, zona sur y oeste del Gran Buenos Aires. ¿Por qué motivo ella, que siempre dijo que no tuvo nada que ver con los negociados y hechos de corrupción que se le imputan, pretende ingresar a la "mansión de chocolate"?
"Ella quiere conducir los destinos de la Provincia desde 2025 en adelante. Y, ya sea personalmente, o a través de un delegado que no la traicione como Axel, gobernar el territorio", dijeron cerca del Instituto Patria.
Por ahora, la ex presidenta no observa que pueda llegar un candidato presidencial del peronismo kirchnerista renovador a la presidencia dentro de dos años y, en caso que llegue, ella retendrá el principal bastión electoral del país. Esto mismo lo intentó con Daniel Scioli en 2015, cuando lo puso a Aníbal Fernández, y no le salió porque el ex ministro del Interior y Seguridad perdió contra María Eugenia Vidal. Cuatro años después lo puso a Kicillof y debió intervenir, sin éxito, la administración provincial en 2021. Quizás la tercera le sea la vencida.