

Los problemas respiratorios fueron causados por una acumulación de mucosidad en los bronquios, lo que provocó una crisis de broncoespasmos. Para estabilizar su cuadro, los médicos realizaron dos broncoscopias para aspirar las secreciones y reactivaron la ventilación mecánica no invasiva.
Francisco, de 88 años, está hospitalizado desde el 14 de febrero debido a una bronquitis con infección polimicrobiana, que derivó en una neumonía bilateral. A pesar de las complicaciones, el Vaticano informó que se mantiene alerta, orientado y colaborador. Sin embargo, el pronóstico sigue siendo reservado y se espera un nuevo parte médico en la tarde de este martes.
Desde su ingreso, el Papa ha enfrentado varias crisis respiratorias. El 22 de febrero sufrió una crisis asmática prolongada, mientras que el 28 de febrero tuvo otro episodio de broncoespasmo. Expertos en neumología advierten que la neumonía bilateral genera un gran desgaste físico y puede llevar al agotamiento debido al esfuerzo adicional que requiere la respiración.
Mientras Francisco continúa internado en la suite papal del décimo piso del hospital, miles de fieles han organizado cadenas de oración por su recuperación, tanto en la Plaza de San Pedro como en las inmediaciones del Policlínico Gemelli.
Por tercera semana consecutiva, el Papa no pudo presidir el rezo del Ángelus dominical. En su lugar, el Vaticano emitió un mensaje en su nombre, en el que Francisco agradeció el apoyo recibido:
“Siento todo su afecto y cercanía. En este momento particular, me siento ‘llevado’ y sostenido por todo el pueblo de Dios. Gracias a todos.”
En los últimos años, Francisco ha enfrentado diversas complicaciones de salud, incluyendo una cirugía de colon en 2021 y una operación de hernia en 2023. Además, debido a problemas en la cadera y las rodillas, ha debido recurrir al uso de una silla de ruedas para sus desplazamientos.
El mundo sigue atento a la evolución de su estado de salud, mientras se espera que el Vaticano brinde más detalles en las próximas horas.