

La Boleta Única en Papel reemplaza las tradicionales boletas partidarias por una única papeleta que incluye a todos los candidatos. El objetivo es evitar prácticas como el robo de boletas y los "sellos de goma", partidos que se presentan solo para recibir financiamiento estatal. La nueva boleta sigue un diseño utilizado en Mendoza, con columnas verticales para los partidos y filas horizontales para los cargos, lo que simplificará la votación.
El proyecto fue impulsado por diversas fuerzas, como Pro, UCR, y La Libertad Avanza. Mercedes Llano, diputada libertaria, celebró la reforma como un avance hacia elecciones más transparentes y competitivas. Mientras tanto, María Florencia de Sensi del PRO subrayó que este es el fruto de 20 años de esfuerzo contra el clientelismo político.
Desde Unión por la Patria, la diputada Carolina Gaillard y otros legisladores criticaron la iniciativa, asegurando que el sistema actual ya garantiza transparencia electoral mediante controles fiscales. Afirmaron que no hay evidencia de fraude que justifique esta reforma.
La Boleta Única en Papel será clave en las futuras elecciones, un cambio que busca fortalecer la democracia argentina, pero que también enfrenta una marcada polarización en la sociedad y el ámbito político.