En lo que ya parece una "película bizarra", la UPC optó por ignorar la orden directa del Organismo de Control de Energía Eléctrica de la Provincia de Buenos Aires (OCEBA), que había exigido la reconexión del suministro eléctrico el pasado miércoles. En lugar de acatar la resolución, la cooperativa argumentó que la luz fue reconectada tras una reunión con los sindicatos que agrupan a los empleados del Casino, liderada por Hansen, representante del sindicato "AMS Casino", y Arrieta, el principal artífice de lo que muchos interpretan como una maniobra política.

El comunicado de la UPC, cargado de justificaciones, afirma que la decisión de reconectar el servicio fue para "salvaguardar las fuentes de trabajo" de los empleados del Casino. Sin embargo, para muchos, esta versión encubre un proyecto político de Arrieta, que busca posicionarse a nivel local utilizando la cooperativa como plataforma. El conflicto por las deudas municipales, lejos de ser una cuestión meramente administrativa, se ha transformado en una disputa donde los intereses personales y partidarios parecen primar sobre las verdaderas necesidades de la comunidad.

La situación pone en evidencia la degradación institucional que atraviesa la UPC, que ha caído en un juego político encabezado por Arrieta y secundado por figuras sindicales como Hansen, quienes aprovechan cada oportunidad para obtener protagonismo. Lo que debería ser una gestión transparente y responsable de un servicio esencial, como el suministro eléctrico, se ha convertido en un campo de batalla político que amenaza el bienestar de los vecinos de Necochea.

La expectativa de muchos es que esta "película" llegue a su fin cuanto antes, ya que lo que está en juego no es solo la reputación de la cooperativa, sino el acceso a un servicio público fundamental para toda la comunidad.