NECOCHEA | 26 ago 2024
Política
Internas y tensiones en la Unión Cívica Radical de Necochea
A pocos días del cierre de listas para las elecciones por la conducción comiteril de la Unión Cívica Radical (UCR) en Necochea, las tensiones internas y las estrategias políticas parecen ser las protagonistas. A menudo, no son las diferencias en sí mismas las que dividen, sino la incapacidad de aceptar esas diferencias, y esto es precisamente lo que parece estar ocurriendo en el seno del radicalismo local.
En la última semana, se han visto escenificaciones de unidad que parecen más teatrales que reales, con líderes que pregonan la unidad mientras excluyen a ciertos sectores, reuniéndose en pequeños grupos para cambiar de estrategia a mitad de camino. Tal es el caso de Diego Cersocimo, quien aparentemente fue "cocinado a fuego lento" en un reciente encuentro con figuras centrales del partido como Alberto Esnaola y Gonzalo Diez. A pesar de que Cersocimo parecía ser el candidato del sector interno, respaldado por el abogado Damián Unibaso, la situación dio un giro inesperado.
En medio de estas maniobras, ha surgido el nombre de Alfredo Maldonado, ex dirigente del sindicato de Luz y Fuerza, como una figura potencial de unidad. Maldonado es conocido por su cercanía a la Usina Popular Cooperativa y su habilidad para tender puentes con el intendente Arturo Rojas, especialmente en el contexto del reciente conflicto público entre la cooperativa y el municipio. Se rumorea que Rojas incluso le ofreció un puesto como asesor en temas energéticos, lo que lo posiciona en un papel clave dentro de las negociaciones políticas.
Maldonado podría convertirse en el candidato de consenso, uniendo a diversos sectores del radicalismo, incluyendo al "azcoitismo", a la agrupación "Elvira Rawson" y al "alfonsinismo" de Mario Corona. Sin embargo, esta propuesta de unidad ha generado críticas, especialmente desde el sector de la UCR de Quequén, que se siente marginado en estas negociaciones. Algunos dirigentes del subcomité de Quequén, que han realizado una notable labor política, social y cultural, han manifestado su descontento, calificando a sus colegas de Necochea como "anti-radicales de Quequén".
En la otra orilla del radicalismo, surge la figura de Martín Moller, un conocido militante que siempre ha mantenido su lealtad al partido, incluso en los momentos más difíciles. Moller es visto como otra opción viable para liderar la unidad dentro de la UCR.
La gran pregunta que enfrenta el radicalismo local es si Maldonado y Moller tienen la voluntad y la libertad de concretar esa unidad. Ambos dirigentes podrían comenzar mal su camino si se encierran en las luchas internas y no salen del microclima que a menudo caracteriza a la UCR. Sin embargo, podrían demostrar grandeza si optan por una convocatoria abierta que incluya a todos los sectores, evitando las prácticas de exclusión o "bolillas negras" que han debilitado al partido en los últimos tiempos.
El dilema que enfrenta la UCR de Necochea es claro: ¿Prevalecerán los intereses individuales y las luchas de ego, o triunfará el pensamiento colectivo con un proyecto común que revitalice al partido, sacándolo de su actual estado de apatía? Las respuestas a estas preguntas definirán el futuro del radicalismo local y su capacidad para renovarse en un contexto político cada vez más desafiante.