Lo que prometía ser un debate acalorado, terminó en un intercambio de duras acusaciones y comentarios que elevaron la tensión en el estudio.

La discusión comenzó cuando Casero, conocido por su estilo provocador y opiniones polémicas, lanzó una dura crítica hacia el periodismo en general, acusando a los medios de manipular la información para desviar la atención de los problemas reales que enfrenta el país. "El periodismo hoy no informa, distrae. Nos venden humo para que no miremos lo que realmente importa", afirmó Casero, encendiendo la mecha del conflicto.

Mónica Gutiérrez, periodista de larga trayectoria, no tardó en responder, defendiendo la labor de los medios y subrayando la importancia de un periodismo responsable en tiempos de crisis. "No podemos descalificar a toda una profesión por algunos casos aislados. Hay muchos periodistas que arriesgan su vida y su reputación para llevar la verdad a la gente", replicó Gutiérrez, visiblemente molesta.

En medio del intercambio, Baby Etchecopar, también invitado al programa, intervino para respaldar a Casero, avivando aún más la disputa. "Mónica, sabemos que hay periodistas honestos, pero no podemos ignorar que muchos se han vendido al mejor postor. La gente ya no confía en los medios porque se sienten traicionados", sentenció Etchecopar, en un tono que no hizo más que polarizar la conversación.

Mirtha Legrand, acostumbrada a los debates intensos en su programa, intentó mediar, pero la tensión ya había alcanzado un punto álgido. El cruce de palabras se prolongó durante varios minutos, con acusaciones y defensas que reflejaron la profunda división de opiniones sobre el rol del periodismo en la actualidad.

Finalmente, el programa continuó, pero el ambiente en la mesa quedó marcado por el enfrentamiento, dejando una huella que seguramente resonará en los próximos días en el ámbito mediático y entre los seguidores de cada uno de los protagonistas.

El episodio es una muestra más de la creciente polarización en la sociedad argentina, donde los medios de comunicación, lejos de ser simples transmisores de información, se han convertido en actores centrales del debate político y social.