Continúa la celebración de una Semana Santa donde por fin se ha podido recuperar la normalidad tras la pandemia. Se trata de una de las grandes celebraciones del cristianismo, que durante este periodo evoca los últimos días de la vida de Jesucristo. Tras recordar el Viernes Santo su muerte en la Cruz, el Sábado Santo es la conmemoración de Jesús en el sepulcro y su descenso al abismo. Esta jornada, que cierra el Triduo Pascual (Jueves Santo, Viernes Santo y Sábado Santo).
Antiguamente, este día se solía llamar ‘Sábado de Gloria’, pero la reforma litúrgica de la Semana Santa acometida por el Papa Pío XII (encargada en 1955 a Monseñor Annibal Bugnini) la denominó como Sábado Santo únicamente.
Día del Silencio
El Sábado Santo rememora especialmente a María tras la pérdida de su hijo, por lo que es un día de dolor y tristeza, destinado al silencio, luto, y reflexión, así como lo hicieron en el sepulcro María y los discípulos. Durante esta jornada, la comunidad cristiana vela junto al sepulcro en silencio. De esta forma, en la Iglesia Católica no se realizan eucaristías, no se tocan las campanas, el Sagrario se deja abierto y vacío, el altar está despojado y no se administra ningún sacramento excepto la Unción de los enfermos y la Confesión de los pecados.

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