Este domingo fueron reelectos los mandatarios alineados con el Frente de Todos. Si bien las ventajas fueron contundentes, resultaron menores a las de 2019.

El avance del calendario electoral parece estar dándole la razón a los mandatarios que decidieron separar sus comicios locales de la disputa nacional. La Pampa, Salta y Tierra del Fuego eligieron gobernador y volvieron a triunfar con comodidad los oficialismos locales. Los resultados dejan, sin embargo, también otros datos: los mandatarios alineados con el Frente de Todos perdieron algo de caudal de votos respecto de cuatro años atrás, y aunque cae ligeramente la participación o crece el voto en blanco, el voto libertario sigue sin despegar.

En La Pampa, el peronista Sergio Ziliotto -que este lunes recibirá al presidente Alberto Fernández en su provincia- fue reelecto con más del 47% de los votos, cinco puntos por encima del radical Martín Berhongaray.

El candidato de Juntos por el Cambio hizo, sin embargo, la mejor elección de una fuerza opositora al PJ en los últimos 40 años. En el 2019, Ziliotto le había sacado 20 puntos de diferencia a su contrincante de la UCR, que entonces era Daniel Kroneberger.

En Tierra del Fuego, Gustavo Melella, dirigente radical K, en alianza con La Cámpora y el Partido Justicialista provincial, logró un contundente triunfo con más del 51% de los votos ante una oposición atomizada.

En 2019 había ganado la gobernación casi con la misma cantidad de votos, pero con el PJ compitiendo por afuera. Este domingo, el 21% de los fueguinos que concurrieron a las urnas votó en blanco.

En Salta, Gustavo Saenz -el mandatario más cercano al ministro de Economía, Sergio Masa- logró la reelección con el 47.5%.

El gobernador le sacó más de 30 puntos al segundo, el candidato de Juntos por el Cambio Miguel Nanni, que obtuvo el 17%. Pero Sáenz también obtuvo 6% menos de votos que en el 2019, también con un candidato del PJ fuerte compitiendo por separado.

Mención especial para San Juan, donde la elección a gobernador fue suspendida por la Corte Suprema, pero sí se eligieron cargos legislativos e intendentes. El mandatario provincial Sergio Uñac cargó contra el máximo tribunal y aseguró el oficialismo ganó “en el 75% de los departamentos y logró el 75% de los escaños de la Cámara de Diputados y de los concejos deliberantes”. Sin embargo, el PJ perdió la capital provincial, que ahora quedó en manos de Juntos por el Cambio.

La Pampa

Pese a que el radicalismo hizo su mejor elección en 40 años, con poco más del 47% de los votos y una diferencia de apenas 5 puntos con Martín Berhongaray (JxC), Ziliotto fue reelecto gobernador de La Pampa. El peronismo se ratificó al frente de la provincia, aunque con un apoyo menor al obtenido en 2019, cuando había rozado el 53% y había superado por más de 20 puntos a Daniel Kroneberger.

Al igual que el resto de los mandatarios provinciales que buscan revalidar sus mandatos, Ziliotto planteó esta elección como un plebiscito de su gestión de gobierno. Y así lo reiteró desde su búnker en Santa Rosa, luego de que Berhongaray reconociera la derrota. “Casi la mitad de las pampeanas y pampeanos nos han ratificado”, dijo.

Con un resultado más ajustado que las elecciones previas, se modificó la composición de la legislatura provincial, en donde el peronismo perdió la mayoría, tras obtener 15 de las 30 bancas en juego, mientras que JxC se quedó con 13 y dos quedaron en manos de la lista Comunidad Organizada.

Si bien Juntos por el Cambio esperaba poder dar el batacazo, los números no le alcanzaron, pero lo que sí logró fue achicar la diferencia de la última elección a gobernador; recuperar varias intendencias y dejar un piso alto para las presidenciales, si logra proyectar ese caudal de votos para la fórmula que resulte ganadora en las PASO nacionales.

En el ámbito municipal, el camporista Luciano Di Nápoli -que fue reelecto como intendente de Santa Rosa- apenas le sacó menos de 4 puntos de diferencia a Francisco Torroba, el candidato de JxC. En 2019, la distancia con Leandro Altolaguirre había superado los 20 puntos, en sintonía con el resultado provincial.

Datos como los de Santa Rosa o los más de 60 puntos que le sacó Abel Sabarots (JxC) a Norberto De Cristófaro (PJ) en General Acha y las más de 12 intendencias que recuperará la oposición a partir de diciembre son los que ilusionan al radicalismo en La Pampa, una provincia que gobierna el peronismo desde la vuelta de la democracia.

Tierra del Fuego

A diferencia de provincias como La Pampa, donde -más allá de los nombres propios- la organización de la oferta electoral de este domingo fue muy similar a la de hace cuatro años-, en Tierra del Fuego es algo más complejo trazar una comparación con los comicios del 2019.

Como se dijo, según el escrutinio provisorio, Gustavo Melella fue reelecto ayer con el 51.3% de los votos. En el 2019 había ganado la gobernación con el 50,9% de los sufragios. Pero hace cuatro años, el mandatario, hoy cercano al Presidente y alineado con el Gobierno nacional desde el inicio de la gestión, había competido con quien entonces era gobernadora, Rosana Bertone, que llevaba el sello del PJ y hoy es diputada nacional por el Frente de Todos.

En aquella elección provincial, Bertone sacó el 37,8% de los votos. Es decir, entre Melella y Bertone se llevaron en el 2019 casi el 88% de los votos de la provincia. En esos comicios el candidato de Cambiemos fue el radical Juan Rodríguez, que no llegó el 4% de los sufragios.

Esta vez, Juntos por el Cambio fue divido con dos candidatos a gobernador que hicieron una elección pobre: el PRO llevó a Héctor “Tito” Stefani, quien en 2021 había encabezado la lista de diputados de la coalición opositora en las elecciones nacionales. Ayer logró el 11% de los votos. Sin embargo, el candidato que llevó este domingo el sello de la coalición opositora fue el senador radical Pablo Blanco, que no supero el 6% de los sufragios y quedó cuarto.

Uno de los datos más resonantes de la elección provincial fue que hubo un 21.5% de voto en blanco, quizás una señal de hastío ciudadano. El propio gobernador reelecto se mostró sorprendido por el porcentaje. Pero si hubo voto bronca quedó claro que no lo capitalizó la candidata libertaria que fue apoyada por el líder de La Libertad Avanza, Javier Milei. La pastora evangelista Andrea Almirón logró solo el 7.5%.

Salta

En un resultado que se dio dentro de las proyecciones esperadas, Gustavo Sáenz logró la reelección en Salta, pero una de las sorpresas fue que Bettina Romero -actual jefa comunal e hija y nieta de los exgobernadores Juan Carlos Romero y Roberto Romero, respectivamente- no pudo retener la intendencia de la ciudad capital. Desde diciembre quedará en manos de Emiliano Durán, de Vamos Salta, que, al igual que Romero, llevó a Sáenz como candidato a la gobernación.

El actual mandatario provincial festejó el triunfo escoltado en el escenario por Durand, mientras que, herido, el romerismo deberá replantear su estrategia para recuperar espacios perdidos dentro de la coalición gobernante.

La capital es el distrito electoral más grande de la provincia y Romero confiaba en poder transformar un triunfo territorial en el trampolín para disputar el poder de cara a los tiempos que vienen.

El que celebró el triunfo de Sáenz y se encargó de recordar la cercanía que mantienen, incluso familiar, fue Sergio Massa. Retener Salta es para el tigrense uno de los logros que quiere anotar como propios en la carrera hacia la presidencia, si finalmente decide competir, como algunos cercanos creen.

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