Se profundizó la crisis en la cadena de electrodomésticos Garbarino, que este viernes envió 1.800 telegramas de despido y resolvió cerrar todos sus locales comerciales, el de Necochea inclusive. En la sede local trabajaban 5 empleados.
Para intentar detener esta situación, el Gobierno dictó la conciliación obligatoria por 15 días hábiles, en los cuales no se pueden efectivizar los despidos ni los gremios realizar medidas de fuerza. Y convocó a los dueños de Garbarino y a los representantes del gremio de Comercio -que conduce Armando Cavalieri- a una reunión para el próximo miércoles en el Ministerio de Trabajo.
Sin embargo, en la empresa aseguran que es de «imposible cumplimiento» mantener los puestos de trabajo, ya que cerraron todos sus locales y no tienen lugares para que vayan sus empleados.
«Hemos tenido que despedir a 1.800 trabajadores por razones de fuerza mayor», dijo una fuente de la empresa a Clarín. Y agregó que, en los últimos meses hubo otros 600 empleados que se desvincularon con retiros voluntarios.
Además hubo otros 1.000 empleados que se consideraron despedidos, ante la falta de pago de sus salarios, desde mayo pasado. Y la empresa impugnó el DNU del Gobierno que prohíbe realizar despidos.
Es que desde abril se cortó la cadena de pagos en el grupo que maneja Carlos Rosales. Garbarino no pagó 3.385 cheques de diferentes proveedores, con los que arrastra una deuda impaga total de $4.935 millones, según la Central de Deudores del Banco Central.

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